Verde. El color de la discordia

Una familia, una pareja, un terreno… y un árbol de paltas.

Carolina, es una persona que no se siente nunca a gusto en el lugar en el que está, tiene grandes aspiraciones económicas que está muy lejos de poder alcanzar. Permanentemente se compara con los demás sintiéndose víctima y desafortunada tanto por su presente como por su futuro. La fantasía de que el otro siempre la pasa mejor y el reclamo constante hacia Manuel, su pareja, en lo que respecta a un terreno que considera la peor parte del reparto, desatan conflictos familiares, que terminan revelando verdades solapadas, así como la competencia, la comparación y la envidia. La discapacidad y la vejez completan esta historia que deja a la intemperie las limitaciones emocionales de algunos vínculos. Cada uno de estos temas atravesados por un hilo conductor: el dinero.

Verde de dólares, de envidia, de enfermedad, pero también de terreno, de árbol de palta, de herencia materna.

En “Verde, el color de la discordia” se iluminan las oscuridades humanas, y se caen las máscaras de un grotesco contemporáneo.

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