La vida en Seúl

El amor como una lejana utopía.
El amor como una obsesión sin sentido.
Y así y todo. Una fuerza que nos arrastra y nos conmueve. Y nos exilia.

Luego de un fallido intento de suicidio, Andrés es obligado a realizar un tratamiento psiquiátrico. Al comenzar su tratamiento se enamora perdidamente de su psiquiatra, Silvio. Luego de tres años de terapia Silvio decide abandonar Buenos Aires para comenzar una nueva vida en Seúl, Corea. Un tiempo después de la partida, Andrés decide viajar hasta Seúl para confesarle finalmente su amor a su ex psiquiatra. Al llegar se encuentra con que convive allí con su pareja, un profesor de taekwondo llamado Inte. Éste, tras una mentira, piensa que Andrés es primo de Silvio, y lo invita a quedarse con ellos en el departamento. Tal vez un aire nuevo, renueve la pareja. Así es como, entonces, comienza la convivencia de los tres en Seúl. Así es como, se desarrollarán los vínculos entre estos tres personajes tan diferentes entre sí.

El viaje del enamorado puede ser un viaje al Inframundo, como el de Orfeo. Requiere una paciencia y una fe inquebrantables. Aunque bien podría ser un viaje a un planeta inexplorado, una Space Oddity a la Bowie. En ambos casos, ¿permanecerá fiel la figura amada? Es sólo una sombra a nuestras espaldas ¿Cómo confiar en los amores terrestres, cuando nuestra aventura tiene como destino las estrellas? El planeta tierra es azul, y no hay nada que podamos hacer.