Una comedia lunfarda es un espectáculo teatral con música en vivo. El Tango sintetiza la elegancia y la pasión inherente a su estilo, los actores son cantores y en escena el bandoneón, el piano y la guitarra, crean una atmósfera de arrabal.
Se trata de una puesta minimalista en contrapunto con el resto de los elementos; un vestuario pop, un texto lunfardeado plagado de humor, personajes exacerbados, músicos en escena invadiendo el escenario e invadidos por los actores.
La escenografía se limita a una silla y una mesa tipo bar donde Corita lleva adelante sus acciones.
El texto de la obra se escribió a principios del 2015. Durante su escritura, y con los ensayos, el texto fue modificado y reestructurado en numerosas oportunidades, pero siempre conservando un mismo estilo y una misma temática de fondo.
Los personajes se construyeron en oposición, como dos caras de una misma persona. Por un lado, el Polaco/Corita. Una pareja de años, ella mucho más joven que él. Ella: Amante, aspirante a artista, esposa. Él: tío, cantor y marido. En ambos la decadencia. Él es retrogrado, contrera y por eso cornudo. Ella está enamorada de sí misma, celosa y milonguera. Pelea por su territorio, juguete de ocasión de muchos y lo sabe, pero elige pasar el tiempo hasta lograr su cometido, tener su propio show.
Por otro lado la dupla Edmundo/Chiquito. El primero un ladies man, un dandy. El segundo introvertido y enamoradizo. Edmundo canta pero no tiene mucha pasta para el oficio. Chiquito, tiene cualidades artísticas que no puede dar cuenta por no saber imponerse.
En la composición de los personajes, el humor es el motor de la acción pero cargado de una cuota de miserabilísimo, que provoca la carcajada pero nos deja pensando. El modo despierta una sonrisa, pero el contenido, si analizamos lo que está contando, tiene un dejo amargo.
Se eligió un vestuario pop, de colores vivos que remiten al barrio La Boca, de Buenos Aires, sin perder la elegancia y la seducción que evoca el tango. En oposición a los estereotipos del género, se trabajó el pop por su carga de ironía y de ambigüedad. Se utilizaron colores y prendas que remiten una cultura caracterizada por la tecnología, la moda y el consumo. La síntesis argumental de la obra deja entrever que estos personajes son fácilmente reemplazables, como los objetos de consumo que dejan de ser únicos para producirse en serie.
- TEATRO CARAS Y CARETAS (2016)